A veces los hombres necesitan satisfacer su deseo, y no hay otra forma mejor de hacerlo que jalando el pescueso al ganzo. Algunos científicos ven esta actividad como algo beneficioso para la salud, ya que puede estimular los procesos hormonales, gaméticos, físicos y emocionales, que pueden sostener eventualmente un estilo de vida humano complejo. De hecho hacer esta práctica de manera moderada es completamente normal y es muy útil para mantener en forma aquella parte de nuestro cuerpo, además de la ventaja de que mediante este hábito se logra una eyacul4ción regular lo que previene en gran medida el cáncer de próstata.
Pero como casi todo en la vida, lo malo es el exceso. Como ya dijimos hacerlo de manera moderada es algo que la mayoría de las personas hacen y que trae consigo muchos beneficios, pero cuando se convierte en adicción es cuando comienzan los problemas.
La pregunta del millón ¿cuánto es hacerlo en exceso?, la respuesta varía de individuo en individuo, pero como regla general se considera que se ha vuelto una adicción cuando comienza a intervenir en otras áreas de la vida tales como el estudio, el trabajo o las relaciones afectivas, es decir, si tienes dificultad para concentrarte en la escuela porque estás pensando en llegar a tu casa a hacerte una paja, es ahí cuando estás cruzando la frontera del exceso y ya se puede considerar lo tuyo como un problema de adicción.
Aparentemente estar solo, estar demasiado “caliente”, justifica realizar esta actividad. Sin embargo, hay un par de señales a las que deberías prestar atención que indican que te estás masturbando demasiado.
1. Adicción mental. Pasas un porcentaje muy elevado del día pensando en jalarle el pescuezo al ganzo.
2. Desbalanceo muscular. Prácticas tanto este hábito que ya tienes más fuerte un brazo que el otro.
3. Perdida de apetito sexu4l. Toda tu energía sexu4l se va en este hábito y pierdes el intéres por tu pareja.
4. Dolor de la espalda baja. Si tienes un dolor persistente en esta zona quizá sea que estás abusando de la mano amiga, la tradición que obliga.
5. Lagunas mentales. Si te cuesta trabajo pensar con claridad es probable que te estés pasando de la raya con Doña Manuela.
6. La ansiedad de la abstinencia ataca. Esto es cuando te sientes inquieto durante el día por la ansiedad de tocarte.
7. Dolor en la entrepierna.Tu sesiones son tan brutales que comienzas a tener dolores en salva sea la parte.
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